Ginebra, 8 de octubre de 2025.
La Asociación Internacional de Derechos Humanos y Desarrollo Social (AIDHDES) expresa su más profunda consternación y preocupación ante los testimonios de los ciudadanos suizos, entre ellos el ex-alcalde de Ginebra, Rémy Pagani, y Clément Froidevaux, quienes relataron con valentía las graves violaciones de derechos humanos sufridas durante su detención ilegal por parte del Estado de Israel, tras haber participado en la Flotilla SUMUD, una misión humanitaria con destino a la Franja de Gaza.
Violaciones flagrantes al Derecho Internacional Humanitario
Los hechos descritos —secuestro en aguas internacionales, tratos crueles, degradantes y humillantes, privación arbitraria de libertad y negación de asistencia médica— constituyen violaciones manifiestas de los Convenios de Ginebra de 1949, particularmente el Artículo 3 común, que prohíbe “los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y degradantes”, incluso en contextos de ocupación o conflicto armado.
Asimismo, la Convención contra la Tortura (1984), ratificada por Israel y Suiza, impone la obligación erga omnes (frente a todos) de prevenir y sancionar actos de tortura y malos tratos, sin excepción ni justificación de seguridad nacional o política. El uso de expresiones como “no hay medicamentos para los animales” y la obligación de permanecer de rodillas durante horas, describen una política de deshumanización contraria a la Carta de las Naciones Unidas y al Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
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Una grave omisión del deber de protección por parte del Estado suizo
AIDHDES lamenta profundamente la actitud del Departamento Federal de Asuntos Exteriores (DFAE), que habría exigido a los ciudadanos suizos detenidos una caución de 5.000 francos suizos para facilitar su liberación, mientras que el pueblo jordano costeó solidariamente su rescate, alimentación y vestimenta.
Esta decisión contradice el artículo 5, párrafo 2, de la Constitución Federal Suiza, que obliga al Estado a “actuar de manera conforme al derecho internacional” y a “proteger los derechos fundamentales de sus ciudadanos”. El principio de protection diplomatique, reconocido en la jurisprudencia del Tribunal Internacional de Justicia (caso Barcelona Traction, 1970), impone a los Estados el deber de proteger eficazmente a sus nacionales frente a actos ilícitos de terceros Estados.
El silencio o la pasividad diplomática ante un secuestro en aguas internacionales no solo representa una omisión grave, sino que debilita la neutralidad suiza al ser interpretada como complacencia ante crímenes internacionales. Como recordaba Jean-Jacques Rousseau, “la neutralidad no consiste en la indiferencia ante la injusticia, sino en la integridad frente al poder”.
La legitimidad moral y jurídica de la acción humanitaria
AIDHDES reafirma que la participación de ciudadanos suizos en misiones humanitarias hacia Gaza se enmarca en los principios fundamentales del Derecho Internacional Humanitario y de la solidaridad internacional reconocidos por el artículo 1 común a los Convenios de Ginebra, que obliga a todas las Altas Partes Contratantes a “respetar y hacer respetar” el derecho humanitario en todas las circunstancias.
La acción de la Flotilla SUMUD no constituye una provocación, sino un acto legítimo de asistencia humanitaria amparado por el artículo 70 del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra, que dispone que el socorro humanitario no puede ser impedido arbitrariamente. Como escribió Hannah Arendt, “la desobediencia civil es la última expresión de responsabilidad ante la ley cuando el Estado ha perdido su autoridad moral”.
AIDHDES insta a una respuesta suiza conforme al Derecho y a la dignidad
AIDHDES insta al Consejo Federal y al Ministro de Relaciones Exteriores de Suiza a rendir cuentas públicas sobre la actuación del DFAE en este caso y a garantizar que ningún ciudadano suizo sea nuevamente abandonado a su suerte por ejercer su derecho a la solidaridad internacional.
Recordamos que la neutralidad suiza no puede ser sinónimo de indiferencia, ni de complicidad pasiva ante violaciones graves del derecho humanitario. La credibilidad de Suiza como sede de la diplomacia mundial depende de su capacidad para defender, sin doble rasero, los principios del derecho y de la humanidad.
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Reconocimiento a la valentía y solidaridad de la Flotilla SUMUD
AIDHDES felicita al ex-alcalde Rémy Pagani, a Clément Froidevaux, y a todas y todos los ciudadanos suizos y de otras nacionalidades que, arriesgando su vida, llevaron ayuda humanitaria al pueblo palestino, desafiando las amenazas y la violencia de un Estado que intenta silenciar la solidaridad y criminalizar la compasión.
Su ejemplo reafirma que la justicia, la verdad y el derecho internacional no son simples ideales, sino deberes éticos inalienables. Como afirmaba Albert Camus, “en medio del invierno aprendí al fin que había en mí un verano invencible”: ese verano es la dignidad humana que ningún ejército podrá arrebatar.