Cuando el silencio mata : el deber del mundo ante los niños de Gaza

GAZA

Cada niño palestino bajo las ruinas recuerda al mundo que la justicia no puede esperar. El alto al fuego debe ser el principio de la reparación, la rendición de cuentas y la autodeterminación del pueblo palestino.

22 de noviembre 2025

Asociación Internacional de Derechos Humanos y Desarrollo Social (AIDHDES) manifiesta una vez más su profunda preocupación por la situación en la Franja de Gaza y expresa su firme respaldo a los esfuerzos internacionales que buscan detener la violencia contra la población civil palestina. La reciente declaración de UNICEF, que subraya que “el alto al fuego ofrece una oportunidad vital para los niños, que debe ser aprovechada”, reafirma una verdad esencial: no hay humanidad posible mientras un solo niño palestino siga siendo víctima del bloqueo, el hambre y la guerra.

AIDHDES, en consonancia con los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas (artículos 1 y 55), los Cuatro Convenios de Ginebra de 1949, sus Protocolos Adicionales y la Convención sobre los Derechos del Niño, recuerda que la protección de la infancia, de la población civil y del derecho a la autodeterminación son obligaciones jurídicas internacionales, no simples aspiraciones morales.

La legalidad internacional y su violación estructural

El artículo 1 común a los Convenios de Ginebra obliga a todos los Estados a “respetar y hacer respetar” el Derecho Internacional Humanitario en todas las circunstancias. A su vez, el artículo 6 de la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce el derecho intrínseco a la vida y el artículo 38 establece la protección especial de los niños afectados por conflictos armados.

De igual forma, la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (artículo II) tipifica como genocidas los actos cometidos con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico o religioso.

Es imperante mencionar que las advertencias de la Relatora Especial de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, no son en ese sentido en vano y apuntan precisamente en esa dirección. En su informe Genocidio como borrado colonial” , Albanese señala que existen motivos razonables para considerar que las acciones perpetradas en Gaza constituyen violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario y posiblemente crímenes de genocidio, acompañadas de una estructura de apartheid y ocupación prolongada que priva al pueblo palestino de su derecho fundamental a existir como nación libre.

El pueblo palestino frente al sistema de dominación global

Palestina representa la herida abierta del sistema internacional, donde la legalidad se aplica de manera selectiva y los derechos se subordinan a la geopolítica. En Gaza se evidencia una asimetría estructural donde un pueblo ha sido despojado de su tierra, aislado por el bloqueo y castigado por reclamar su derecho a la autodeterminación, frente a una maquinaria militar sostenida por potencias que se erigen en árbitros del Derecho Internacional.

Esta realidad no puede entenderse sino en el marco de un sistema mundial de dominación, donde el sistema actual, la industria armamentística y la hegemonía política se imponen sobre la dignidad humana. Una evidencia reside en las declaraciones de Ricardo Pires, portavoz de UNICEF quien confirmó que alrededor de 67 niños han muerto a causa de los agresiones israelíes desde que rige el alto al fuego en el territorio palestino. Esta estructura de opresión se opone frontalmente a los principios de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos de Argel (1976), que proclama que “todo pueblo tiene derecho a su existencia y a la integridad de su territorio nacional” y que “ningún pueblo puede ser objeto de dominación, de explotación ni de agresión extranjera”.

Derecho internacional, justicia y deber de los Estados

AIDHDES reafirma que el Derecho Internacional no puede ser neutral, pues fue creado para garantizar la dignidad de los pueblos, no para justificar su destrucción. Los Estados Partes de los Convenios de Ginebra, del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y de la Convención sobre los Derechos del Niño tienen la obligación de prevenir, sancionar y reparar las violaciones graves, incluidas las que puedan constituir crímenes de guerra o de genocidio.

Por ello y por más, AIDHDES rechaza categóricamente la resolución que adopta enteramente el plan colonial del presidente estadounidense, Donald Trump, para la Franja de Gaza y, en consecuencia, establece una fuerza internacional de ocupación en el territorio costero (“Fuerza Internacional de Estabilización”, según el lenguaje de la norma) y una junta de gobierno (“Junta de Paz”) –con poderes hasta fines de 2027- que tendrá al frente a Washington, según detalla el anexo del documento, que es nada menos que el mismísimo plan de 20 puntos diseñado por la Casa Blanca.

Debe recordarse en ese sentido que el artículo 1 de la Carta de la ONU y el artículo 56 obligan a todos los Estados a cooperar colectivamente para “promover el respeto universal a los derechos humanos y las libertades fundamentales”. Asimismo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce el derecho de todos los pueblos a la autodeterminación, fundamento jurídico de la causa palestina y pilar del derecho de resistencia frente a la ocupación.

La infancia como medida moral del mundo

UNICEF ha recordado que “los civiles, especialmente los niños, deben ser protegidos en todo momento”. Sin embargo, miles de menores palestinos han sido asesinados, heridos o desplazados y muchos más enfrentan traumas irreversibles. La destrucción de hospitales, escuelas, centros de agua y refugios constituye una violación directa de los artículos 27 a 33 del Cuarto Convenio de Ginebra, que protegen a las personas civiles y prohíben los castigos colectivos.

Cada niño palestino herido o asesinado es la evidencia de que el sistema internacional que hoy rige ha permitido la impunidad y sigue manteniendo un sistema que no beneficia para nada a las naciones. La infancia palestina es hoy el reflejo más puro del crimen estructural del siglo XXI pues intenta borrar a un pueblo desde su raíz, algo que no sucedía desde que se creía erradicado en Europa el régimen de la Alemania hitleriana.

Solidaridad y emancipación de los pueblos

AIDHDES reafirma que la solidaridad internacional con Palestina no es una opción política, sino una obligación jurídica y moral derivada del Derecho Internacional donde el que calla, otorga. Además, tanto por derecho (artículo 1 común de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos) como por principio moral, se establece el deber de todos los pueblos de apoyarse mutuamente en el ejercicio de su derecho a la autodeterminación.

AIDHDES desea entonces hacer un llamado urgente a la comunidad internacional, a las Naciones Unidas y a todos los Estados a asumir su responsabilidad conforme al Derecho Internacional, garantizando:

  1. El cumplimiento inmediato del alto al fuego y el acceso humanitario sin restricciones.
  2. La protección integral de la infancia y la restitución de los derechos fundamentales de la población civil.
  3. La rendición de cuentas ante la Corte Penal Internacional por las violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario.
  4. El reconocimiento efectivo del Estado de Palestina y la garantía del derecho a la autodeterminación.

El respeto del Derecho Internacional no puede ser selectivo ni condicionado por intereses políticos y financieros. Salvar Gaza es salvar la existencia de la humanidad y el Derecho Internacional. Salvar el Derecho Internacional consiste entonces por su parte salvar la humanidad misma.

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