En el marco de nuestro compromiso institucional con el desarrollo sostenible, la cooperación internacional y la promoción de los derechos humanos en su dimensión integral, AIDHDES realizó hoy una jornada de trabajo en la provincia de Jiangxi en compañía de agentes de la FAO y de organizaciones nacionales chinas con estatus consultivo ECOSOC de las Naciones Unidas, visitando espacios clave que combinan innovación productiva, memoria cultural y modelos comunitarios de desarrollo que sirven como referencia para las políticas del siglo XXI.
La delegación inició su recorrido en el Bamboo Shoot Culture Museum, gestionado por Jiangxi Dengxianqiao Food Co. Ltd. Este espacio, famoso por tener una cobertura forestal del 70,43 % y 416 000 mu de bosques de bambú, produce anualmente 260 000 toneladas de brotes de bambú frescos. Integra además la historia agrícola de la región con procesos contemporáneos de industrialización responsable, mostrando cómo las comunidades locales han logrado transformar una tradición centenaria en un sistema productivo sostenible. Estos modelos dialogan con el artículo 1 común de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, que subraya el derecho de los pueblos al desarrollo y al aprovechamiento de sus recursos naturales.
Posteriormente, se visitó la Asparagus Base en Zengtian Village, un referente regional en agricultura moderna. La integración entre tecnología, prácticas locales y gestión colectiva ha permitido aumentar significativamente el rendimiento productivo y la resiliencia de los cultivos. Para 2025, las plataformas agrícolas de Jiangxi han incrementado en más de un 18% la eficiencia hídrica, mientras que la producción diversificada contribuye a la seguridad alimentaria provincial, alineándose con los objetivos de la Agenda 2030 y el mandato del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales relativo al derecho a una alimentación adecuada.
La jornada incluyó también una visita al pueblo de Bantang, una comunidad que ha logrado consolidar un equilibrio ejemplar entre desarrollo rural, protección de su identidad cultural y fortalecimiento de sus estructuras sociales. El modelo de Bantang refleja cómo la participación comunitaria y la planificación territorial sostenible pueden convertirse en motores de desarrollo humano, en coherencia con los principios de cooperación internacional establecidos en la Carta de las Naciones Unidas y con el derecho de las comunidades a participar en su vida cultural según el artículo 15 del PIDESC.
La jornada continuó en Yang Wanli Poetry-and-Painting Themed Town, en Huangqiao, un proyecto que vincula cultura, identidad colectiva y desarrollo local. Este tipo de iniciativas demuestra cómo el acceso a la vida cultural, reconocido en el artículo 15 del PIDESC, puede convertirse en motor económico, fortaleciendo la cohesión social y protegiendo el patrimonio cultural inmaterial. La localidad ha registrado un incremento sostenido del turismo cultural, con un crecimiento estimado del 12% anual durante el último quinquenio. El desarrollo ha sido promovido por medio del sistema «cultura + turismo» y «agricultura + turismo», recibiendo más de 36’000 visitantes y ha creado más de 30 puestos de trabajo, convirtiéndose en un popular destino turístico suburbano. Estas iniciativas no solo han protegido y transmitido la excelente cultura tradicional de la región, sino que también han aumentado los ingresos de los residentes y mejorado sus condiciones de vida y su entorno.
Finalmente, la delegación de AIDHDES visitó el Tongjiang Ten-Thousand-Mu Rice–Fish Industrial Park, en el condado de Jishui: uno de los proyectos más innovadores del país en materia de agroecología integrada. Con una inversión total de 150 millones de yuanes, la empresa ha planificado 15 000 mu (unas 1000 hectáreas) de cultivo integrado de arroz y acuicultura. Hasta ahora, ha desarrollado 5800 mu de cultivo conjunto de arroz y cangrejos de río, 1000 mu de rotación de cultivos de arroz y cangrejos, y 400 mu de zonas de acuicultura para las cuatro principales carpas chinas. Este sistema combina cultivo de arroz y cría de peces en un mismo ecosistema productivo, reduciendo el uso de agroquímicos, incrementando la seguridad alimentaria y elevando la productividad por hectárea en hasta un 22%. Este modelo demuestra cómo el conocimiento comunitario y la gestión colectiva pueden ofrecer soluciones sostenibles a los desafíos ambientales contemporáneos, en línea con el principio de cooperación internacional establecido en la Carta de las Naciones Unidas.
AIDHDES destaca que estas experiencias reflejan la importancia de impulsar modelos de desarrollo basados en la participación de las comunidades, la soberanía económica, el uso racional de los recursos y la planificación a largo plazo, elementos esenciales para garantizar derechos humanos de manera integral y para consolidar alternativas reales frente a los modelos extractivos tradicionales.
La visita a Jiangxi refuerza nuestro compromiso de promover iniciativas que integren cultura, tecnología, sostenibilidad y justicia social, inspirando nuevas líneas de trabajo para nuestra organización y fortaleciendo la cooperación internacional en favor de un desarrollo verdaderamente equilibrado y centrado en las personas.
